Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal marcaron un antes y un después en la historia de República Dominicana. Muchos consideran su asesinato como un punto de inflexión en la lucha contra el dictador Trujillo.
Conocidas como las Mariposas, fueron apaleadas y ahorcadas por militares bajo las órdenes del dictador el 25 de noviembre de 1960. Una vez muertas, sus cuerpos fueron arrojados por un barranco para simular un accidente de tráfico. Los hechos provocaron la indignación de una gran mayoría de dominicanos que mantuvieron viva su resistencia contra el régimen.
Patria, Minerva y María Teresa, que al morir tenían 36, 34 y 25 años respectivamente, crecieron en un hogar rural acomodado en el municipio de Salcedo, situado en la provincia Hermanas Mirabal, renombrada en 2007 en su honor. Con la llegada de Trujillo al poder en la familia perdió casi toda su fortuna y las hermanas se unieron a un grupo opositor. Las tres fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones, pero eso no quebrantó su espíritu de lucha.
El 18 de mayo de 1960, Minerva y María Teresa fueron condenadas a tres años de prisión, junto con sus esposos, por atentar contra la seguridad del Estado dominicano. Sin embargo, y de manera completamente inesperada para las Mirabal, el 9 de agosto las dos mujeres fueron puestas en libertad por disposición expresa de Trujillo.
Trasladaron a sus maridos, que no habían recibido la libertad, de la cárcel de La Victoria a la de Salcedo para que estuviesen más cerca de la residencia de las hermanas y estas pudiesen ir a visitarles. A su salida se llevaría a cabo una emboscada. Desde el principio la familia de las Mariposas sospechó de que se trataba de un asesinato.
Las mariposas se convirtieron en un icono de la resistencia dominicana y en 1981 el movimiento feminista latinoamericano escogió la fecha de su muerte para celebrar el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en Bogotá (Colombia).
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